El mundo de la empresa necesita de ideas frescas y motivadoras que consigan ser una alternativa potente ante los retos de la formación. Actualmente, y dada la situación de pandemia, esta ha tomado una preponderancia digital.

Pero en cuanto podamos volver a la normalidad, nos seguiremos encontrando con jornadas de formación que no son nada apetecibles, al ser pasivas y en las que el interés se pierde de manera rápida. Generalmente, a no ser que los ponentes logren captar la atención de manera activa, el aprovechamiento de una formación estándar es muy pobre.

¿Qué es un escape room?

 Un escape room tiene como objetivo poder salir de un lugar cerrado, consiguiéndose este objetivo mediante la resolución de pruebas de diferente calado, como acertijos, juegos o el ingenio. Lo que aparentemente tiene un carácter lúdico puede tener transposición a la formación empresarial clásica, ya que se trata de una forma diferente de abordar este importante aspecto.

El escape room como propuesta de formación empresarial

 No cabe duda de que las ventajas de un escape room, es decir, las de poner a prueba el ingenio y la capacidad de resolución de conflictos, son una gran alternativa a la formación empresarial tal y como la conocemos.

En primer lugar, porque se trata de un trabajo en equipo en el que los diferentes miembros han de llegar a acuerdos para poder dar salida al problema que se presenta.

Es evidente que poner en marcha un escape room en ambientes laborales y con objetivos formativos consigue que se consigan los objetivos.

Igualmente, esta alternativa es capaz de hacer que los participantes presten atención a lo que se quiere conseguir. Mientras que en una formación clásica nos limitamos a sentarnos, tomar algunas notas, y recibir la información de manera pasiva, en un escape room todo toma una nueva dimensión. Forma parte de un equipo y como tal, tus habilidades son válidas para cumplir lo que se ha asignado.

Este tipo de pruebas siempre tiene un carácter motivador y que invita a la participación, por lo que es bastante complicado que uno de los miembros de un equipo no desee poner en marcha sus habilidades para conseguir el objetivo propuesto. Si hay algo que emociona, tenemos una mayor predisposición a hacerlo.

En un escape room el factor tiempo siempre juega un papel interesante. Mientras que en una formación estándar simplemente se trata de dejar pasar el tiempo, aquí el reloj puede convertirse en nuestro enemigo. Es decir, o los miembros se aplican en la resolución de los conflictos, o no se consigue el objetivo.

Como hay muchísimas maneras de diseñar un escape room, es posible que no nos encontremos con uno igual. Siempre se puede adaptar y diseñar la temática o los objetivos que tiene en función ya no solo de lo que deseamos conseguir, sino de las características propias de los empleados.

Finalmente, el factor sorpresa es uno de los elementos que más puede predisponer a los empleados a realizar una formación diseñada mediante un escape room. Cuando hay algo que tiene un carácter sorprendente y distinto, la mente se predispone con una actitud curiosa. Como tal, el aprovechamiento es máximo.

Por todo esto, el escape room es una de las mejores alternativas a una formación empresarial clásica, ya que son demasiados los elementos que entran en juego para hacer que el objetivo se cumpla.

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