Ya quedaron lejanos los tiempos de la revolución industrial, y los retos a los que ahora se somete la industria son otros. La cuarta revolución industrial ya ha dado los primeros pasos, y cómo no, la prevención de riesgos laborales lleva el camino parejo.

¿Qué es la industria 4.0?

 Aquel la que ha adoptado la digitalización como manera de trabajar, yendo en consonancia con el tipo de vida que llevamos. Por ejemplo, ya no aramos el campo con mulos, sino con tractores que pueden incorporar un GPS. Lo mismo ocurre en la industria, cuyos procesos productivos ya no es que están mecanizados, sino que hace uso de herramientas como la Inteligencia Artificial y del Business Intelligence. Existe una fusión entre el mundo real y virtual que da como resultado un nuevo escenario.

Gracias a este proceso de cambio, la industria es ahora más efectiva y segura, conoce bien a su cliente y sabe qué darle y cuándo hacerlo. Pero eso también supone un nuevo cambio, este no es otro que el futuro de la prevención en este tipo de industria.

¿Valen los mismos modelos de siempre para una industria plenamente digitalizada?

El futuro de la prevención ya ha comenzado

 Es cierto que la prevención de riesgos laborales ha ido adaptándose de manera progresiva a los cambios que ha ido generando cualquier ambiente de trabajo.

Con la llegada del empleo desde casa se abre un nuevo camino que cualquier entidad de prevención no puede dejar de lado.

Pero, ¿Cuál es el camino que debe recorrer la prevención? Está meridianamente claro que abrir parezco al de esta cuarta revolución industrial, es decir, al estar los recursos necesarios para efectuar una producción eficiente, moderna, digitalizada y plenamente accesible en cualquier momento. Y es que el futuro de la planeación o es digital, o no será. Una nueva forma de hacerlo es plenamente posible si hay una completa implicación para iniciar un proceso de transformación.

Adoptar progresivamente la tecnología es quizá la medida más acertada para que este proceso vaya parejo al de la industria. Pero no se puede obviar que la tecnología sin control no sirve absolutamente de nada. Para ello y para que resulte efectiva, debe haber un proceso de asimilación, de formación del personal, de adaptación a este tipo de tecnologías y que puede incluir desde recursos en red al uso de chatbots para resolver incidencias. O incluso disponer del plan de emergencia en el móvil. Si otros sectores ya lo están haciendo, la prevención no ha de ser menos.

Queda claro que las empresas apostarán por aquellas entidades dedicadas a la prevención en las que se vean reflejadas, que sean capaces de aportar soluciones competitivas e inteligentes y que estén a la misma altura. No cabe duda de que una vez iniciado el proceso de convertirse en una empresa 4.0, nadie va a dar el paso atrás.

El mundo de la prevención de riesgos laborales ha iniciado también este proceso para ser capaz de proporcionar soluciones de cualquier tipo, pero la digitalización es una realidad a la que no podemos ser ajenos.

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